Hay momentos en que la mente busca tranquilidad y necesita de un espacio
donde la música que la penetre responda en esa frecuencia.
Pero como existe el gusto, existe la selectividad y si bien una
determinada banda puede completar esa aspiración no deja de corresponder por
tramos, lo cual se traduce en determinadas canciones.
Para disfrutar de bandas como Echo and The Bunnymen me obligo a hacerlo
(y en verdad no existe intérprete que con sus más o sus menos no responda a esto) mediante el
mecanismo de elección, donde se toman determinadas piezas para dejar otras de
lado. Pero esto es, al menos para mi gusto, más que obligado en cuanto a esa corriente digamos,
Glam, que surcó los ochenta y a la que sin embargo cada tanto acudo. Su costado interesante digo, es el relax que den suyo ofrece
Hace bastante que no escuchaba a este grupo. Puede ser que tenga un efecto relajante.
ResponderEliminarLos dos primeros temas los recordé al empezar a escucharlos.
Saludos.
Son muy buenos dentro de su estilo, Demiurgo.
EliminarSaludos.
Los escuché gracias a la recomendación de Alfredo Rosso en su programa de radio hace un tiempo. Y ahora gracias a vos, otro grosso.
ResponderEliminarMe gusta cómo definiste su música, coincido en que hacen algo relajante, prolijo, pero creo que por suerte por momentos cruzan la frontera y despegan.
Abrazo!
Bueno ese programa, Frodo. Suelo escucharlo.
EliminarAbrazo amigo y grosso, lo que se dice grosso, es tu blog.